¿Quién puede resistirse a un arroz con leche dulce y cremoso? Esta delicia tradicional es desde hace mucho tiempo la favorita de pequeños y mayores. Ya sea caliente o frío y con una pizca de canela por encima, el arroz con leche es el postre reconfortante y casero perfecto. Esta receta clásica se ha transmitido de generación en generación y ahora ha llegado el momento de que la pruebes. Arroz con leche tradicional
1 taza de arroz blanco
2 tazas de agua
1 palito de canela
1 cucharadita de sal
4 tazas de leche
1 taza de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
Canela molida (opcional)
Instrucciones para preparar el arroz con leche tradicional
Paso 1: En una o mediana, llevar las 2 tazas de agua a ebullición. Añadir el arroz, la ramita de canela y la sal. Bajar la temperatura a media y cocinar hasta que el arroz esté tierno, unos 20 minutos.
Paso 2: Cuando el arroz esté bien cocido, añadir la leche, el azúcar y el extracto de vainilla. Continuar cocinando a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que la leche espese, unos 15-20 minutos.
Paso 3: Cuando la leche esté espesa, retirar la ramita de canela.
Paso 4:
Enfriar un poco el flan y luego servir. Se puede servir frío o caliente. Espolvorear con canela molida si se desea.
Consejos y trucos para preparar arroz con leche tradicional
La clave de un delicioso arroz con leche es utilizar ingredientes de buena calidad y cocer perfectamente el arroz. Asegúrate de remover el arroz constantemente mientras cuece a fuego lento para que la leche no se pegue al fondo de la olla.
Si quieres probar algo diferente, también puedes añadir pasas y un chorrito de coñac al arroz con leche. Asegúrate sólo de añadir el coñac al final del proceso de cocción para evitar que se evapore el alcohol.
También se puede utilizar el arroz con leche como postre versátil. Una vez que hayas dominado esta receta tradicional, no dudes en experimentar añadiendo otros ingredientes como nueces, pepitas de chocolate o almendras.
En Conclusión
Ahora que tienes la receta clásica de arroz con leche tradicional, puedes disfrutar de esta delicia siempre que te apetezca. Tanto si decides servirlo caliente como frío, este postre anticuado hará sonreír a tus seres queridos. ¡Feliz cocina!